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GUERRERAEn 1667 John Milton narró en sus 10000 versos de ‘El paraíso perdido’ la venganza de Satanás sobre Dios por permitir el sufrimiento, Guerrera en su disco homónimo (Matapadre, 2016) reanuda la labor de Milton en una epopeya construida sobre 4 cortes que corresponden a las 4 caras de su primer vinilo doble, un afrodisíaco de hercios, una odisea sonora excitante que atraviesa los contornos del rock que habían alcanzado con sus predecesores ‘Mauna Loa’ (Matapadre, 2014) y ‘Under the Gypsy Sun’ (autoeditado, 2012).
‘Guerrera’, tercer larga duración de la banda, aniquila el concepto de stoner y post-hardcore, alcanza emplazamientos solo adquiridos a través de éxtasis espiritual, de magia negra y sacrificios a antiguos demonios, de viajes chamánicos con ayahuasca, consolidando la idea de la Gestalt de que el todo es mayor que la suma de sus partes: riffs incisivos como bayonetas hundidos en las sienes y una sección rítmica digna del ejército de Aníbal, como nos tenían acostumbrados en sus trabajos anteriores. Pero se suma ahora una mayor diversidad de dinámica, timbre y métrica, intuyéndose influencias del folclore sudamericano e incluso de tradición judía, pasajes de carácter más progresivo que rememoran a los primeros Soft Machine en sus cadencias más salvajes, aderezados de episodios con fuerte aroma al kraut de Can o Neu… Atractivo especial el que nos ofrecen las letras en castellano y gallego de este LP, genuinas invocaciones a nuestro “yo” más abisal, un canto a la destrucción de lo establecido, como un nuevo Timothy Leary o Aleister Crowley en busca de la propia voluntad.
Arden cruces muertas, Mecánica certeza, Calixe y Abakuá conforman la obra más contundente de la banda, una biblia negra que muestra abundantes tentaciones sonoras con gusto lisérgico y carnal, un grimorio lleno de seducciones no aptas para el oído carca y reaccionario.
