Antes de su segundo álbum “Calendar”, Motorama era un secreto maravilloso con base en la ciudad portuaria de Rostov, en el sur de Rusia. Desde allí lanzaban sus ráfagas gélidas inspiradas en Manchester, una música fría e hipnótica, pero a su vez salvaje y consciente. En poco tiempo sus composiciones ganaron en claridad y lirismo, forjando un puñado de canciones de pop romántico con base rítmica matemática. Pasión y cálculo a partes iguales. Ahora, con su nuevo trabajo “Poverty” (Talitres 2015), tras incontables conciertos y giras por todos los territorios posibles (Europa, América Latina, Asia) y con el beneplácito de la crítica, el quinteto ruso define y perfila su discurso manteniendo la crudeza de sus predecesores y aportando más dosis melódicas. Hits automáticos como “Dispersed Energy” o cadencias trotonas como “Heavy Wave” con el claro sello Motorama. Épica la justa, rabia la necesaria y el baile siempre presente en cada una de las canciones.